Sabemos que vivir sin generar residuos es imposible, pero, ¿es viable alcanzar un estilo de vida Zero Waste? ¿Qué opinas? Hace unos meses, planteé esta misma pregunta a mis seguidores en Instagram. El 67% respondió que no creían posible vivir sin generar basura, mientras que el 33% opinaba que sí. ¿Cómo lo ves?
¿Es el Zero Waste una utopía o una realidad posible?
Compartí con ellos la cantidad de residuos que genero en mi vida diaria, viviendo en un piso, como la mayoría de la población. El orgánico es lo que más rápido se llena, seguido del papel, plástico y apenas algo de vidrio. Observar nuestra propia basura nos ofrece una valiosa perspectiva sobre cuán cerca o lejos estamos del objetivo de vivir sin desperdicios.
El origen del movimiento Zero Waste
El término «zero waste» surgió en 1995 en Australia, cuando la ciudad de Canberra se propuso no generar más residuos. Desarrollaron una estrategia llamada “No Waste by 2010” para alcanzar este objetivo, promovido por el gobierno local. Más tarde, la idea fue exportada a Estados Unidos, donde se expandió gracias a figuras como Bea Johnson.
Más allá del movimiento, creemos que avanzar hacia el Zero Waste no solo es posible, sino inevitable. A medida que transitamos de una economía lineal a una circular, y eventualmente a una economía en espiral, lo que realmente marcará la diferencia no será nuestro presupuesto, sino la calidad de nuestras elecciones y la disposición para actuar. ¿Estarías dispuesto a dedicar dos horas a cocinar hamburguesas y congelarlas para los días en que no tienes ganas de cocinar, o hacer tus bebidas vegetales en lugar de comprarlas?
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El camino hacia una economía circular y en espiral
En la transición hacia una economía más sostenible, nos encontramos con varios conceptos clave:
La economia lineal se enfoca en el uso eficiente de los materiales, pero acaba en la eliminación (incineración con recuperación de energía o reciclaje).
Recordemos que el reciclaje es un negocio.
Depositamos nuestra basura pensando que contribuimos un montón al medio ambiente, pero luego ese material se clasifica y se vende a las industrias que lo demandan. Muchas personas desconocen que gran parte de los residuos en Portugal termina siendo enviada a España, donde cuentan con mayor capacidad para participar en las licitaciones del mercado de reciclaje.
- Reajustar: reutilizar un producto o sus partes en algo nuevo, como el upcycling.
- Renovar: restaurar y actualizar productos antiguos, como ocurre con los muebles restaurados.
- Reparar: arreglar un producto para que cumpla su función original, como visitar al zapatero.
- Reutilizar: darle una nueva vida a un producto por otro consumidor, como la ropa de segunda mano.
- Reducir: mejorar la eficiencia en la fabricación o uso, minimizando el consumo de recursos. Como lo que está sucediendo en la producción de cerveza, donde se está optimizando el uso del agua.
- Repensar: usar los productos de forma más intensiva compartiendo, por ejemplo, electrodomésticos en comunidad o alquilar herramientas en vez de comprar nuevas.
- Recusar: rechazar productos redundantes o sustituirlos por alternativas más sostenibles, como la transición a bombillas LED.
- Compostar: aprovechar al máximo los residuos biodegradables.
- Regenerar: actúan como la naturaleza, inspirándose en el biomimetismo. No solo evitan dañar el medio ambiente, sino que también ayudan a regenerarlo, como los champús sólidos de marcas locales y naturales, con envoltorios compostables.
Un camino en espiral, muy necesario
El camino hacia un futuro sostenible no es sencillo ni lineal, pero se construye paso a paso. Como dice McDonough, un producto sostenible es neutro: no hace daño, pero tampoco aporta.
En el contexto actual, lo ecofriendly abarca productos que forman parte de la economía circular y en espiral. Un producto ecológico suele contar con certificación, pero esto no garantiza su superioridad. Por ejemplo, las verduras locales de Eva, cultivadas mediante agricultura regenerativa con semillas de cuarta generación, superan cualquier certificación ecológica.
Adoptar una vida más alineada con el Zero Waste no significa que tengamos que llegar a la perfección de la noche a la mañana. Cada pequeño paso cuenta. Al observar nuestra basura y tomar decisiones más conscientes es un primer paso.
Te animo a que comiences hoy mismo: evalúa tus hábitos de consumo y busca alternativas más sostenibles en tu vida diaria. ¡Ayúdanos a crecer interactuando con Achiote! Comenta y comparte tus experiencias.