Hoy te invito a conocer a un verdadero guardián de la Tierra: el Capitán José Antonio Camacho, también conocido como Capitán Camacho.
Como testigo directo de la devastación de las selvas y bosques de Chiapas, un estado del sur de México, el Capitán Camacho decidió actuar y poner sus recursos y voluntad al servicio de una causa muy noble.
Desde 2019, ha liderado una impresionante campaña de reforestación aérea, lanzando millones de bombas de semillas sobre su estado natal. A pesar de los desafÃos, incluida la pandemia, han logrado lanzar entre 10 a 13 millones de semillas en todo México.
Únete a nosotros para descubrir la inspiradora historia de este hombre determinado a convertir a Chiapas en un Ãcono de reforestación y recuperación ambiental.
El Capitán Camacho
Desde niño, los aviones capturaron su atención. Su anhelo de ser piloto se hizo realidad a los 32 años. Pasó gran parte de su carrera en Chiapas, desempeñando un papel crucial como cordón umbilical entre las comunidades indÃgenas de la Selva Lacandona y la «civilización» de los pueblos. Rescató enfermos, transportó médicos a regiones remotas y fue testigo del triste deterioro de la selva.
Chiapas es el segundo lugar con mayor biodiversidad de flora y fauna en México, hogar de siete de los nueve ecosistemas más relevantes del paÃs.
Solo la Selva Lacandona cubre 1.5 millones de hectáreas.
Para el Capitán Camacho, estamos jugando a la ruleta rusa, tomando una pistola a punto de suicidarnos. En sus palabras, la realidad nos está alcanzando. En México, se están registrando las temperaturas más altas de las que se tenga registro. La lluvia ya se ha desplazado, hoy tarda más en llegar y más en irse.
Las bombas de vida
Para el Capitán Camacho estamos viviendo un ciclo de retroalimentación negativa. Da el ejemplo de la elevada mortandad de pelÃcanos: la sobrepesca y el calentamiento de las aguas están amenazando a las poblaciones reproductoras de anchoas. Aunque los pelÃcanos siguen teniendo comida, no pueden alcanzarla, ya que sus presas están a demasiada profundidad o demasiado lejos de la costa.
Inspirado en la técnica del japonés Masanobu Fukuoka y en ejemplos de reforestaciones en Kenia y Tailandia, el Capitán cree que es posible reducir el calentamiento global mediante la reforestación de selvas y bosques. Este método también alivia la carga del océano en la captura de CO2.
El primer bombardeo de semillas se realizó en una montaña emblemática para una población local que se habÃa quemado por completo. A pesar de las crÃticas iniciales, el experimento logró una tasa de germinación del 18%, reafirmando la certeza en las palabras del Capitán de que siempre es posible hacer un cambio con nuestras propias manos.
La fase de plántula es la más sensible y la germinación depende de varios factores. De todas las semillas lanzadas, se estima que entre 1.800.000 y 2.340.000 árboles podrÃan ser plantados, muchos de ellos en lugares de difÃcil acceso por tierra.
Apoyo de las comunidades
Sin subvenciones, ayudas públicas ni patrocinios, el proyecto se ha sostenido gracias al apoyo de las comunidades. Personas se han sumado a la recolección de semillas de especies autóctonas, y familias enteras han dedicado su tiempo a la elaboración de las bombas de vida.
He preguntado al Capitán si alguien más se acercó a sumarse, y me dijo que lo único que recibió fueron donaciones puntuales de compatriotas chiapanecos en el extranjero y de un ciudadano francés.
Hay personas marcadas por la vida y hay las personas que marcan vidas, y el Capitán es sin duda una de ellas. Su compromiso ha llevado el movimiento a expandirse a otros estados de México y a establecer presencia en Paraguay.
De Chiapas para el mundo
La serie documental «Les avions du bout du monde» llevó la historia del Capitán a cruzar fronteras, difundiendo su mensaje sobre la urgencia de preocuparnos y ocuparnos de manera inmediata.
«Mis ojos ya no verán los árboles en plenitud. Estoy pensando en quines todavÃa no hay básico y qué yo no puedo quedarme inerte.
No quiero entregar un mundo peor de lo que yo recebi. De mi parte yo quiero cumplir y pedir le perdón a la tierra por el daño que le hemos hecho mi oferenda es volver a restituir el terreno al estado original en qué lo qué lo encontramos».
A los jóvenes les pasamos la estafeta
El Capitán nos invita a poner toda nuestra energÃa en plantar árboles durante las épocas de lluvia. Para él, esta acción no solo busca evitar el colapso económico y la migración forzada debido al cambio climático, sino también prevenir posibles guerras por el agua en el futuro. Actualmente, los cuerpos de agua están a extinguirse, y si no actuamos rápidamente, las visiones distópicas que vemos en las pelÃculas podrÃan convertirse en una realidad.
Su mayor aspiración es ver la Depresión Central de Chiapas floreciendo de nuevo, cubierta de una exuberante vegetación. No obstante, es consciente de que las profundas heridas que tardarán al menos cien años en cicatrizar.
Estamos en el momento justo
Para el Capitán Camacho, la semilla más valiosa que siembra no es la que cae en la tierra, sino aquella que llega a la conciencia y al corazón de las personas, inspirándolas a amar y proteger a la madre tierra.
«Las fuerzas residen en el espÃritu. Cada dÃa somos más. Lo que la mente imagina, se materializa. No hace falta tener un avión; podemos replicarlo con ciclistas, paseos a caballo, senderismo. No tenemos nada que perder y mucho que ganar.«
Gracias, Capitán, por permitirnos esta entrevista.