Hay quienes dicen que las guerras del futuro serán por el agua. No me extraña.
En España el consumo medio por persona es de 132 litros por día y por persona. En 2023, por la falta de agua, se cosechó en Castilla y Leon 52% menos de cereal que la media de los últimos 5 años.
En Andalucia, ahora mismo, 58 municipios tienen restricciones de agua y la junta acaba de inyectar 40 millones en ayudas para mitigar los efectos de la sequía.
Pero, ¿qué industrias están detrás del mayor consumo de agua?
1. Agricultura, eso está claro
La agricultura es, sin lugar a dudas, la industria que más agua consume, siendo la ganadería una de las principales responsables. Producir un kilogramo de carne requiere de 5 a 20 veces más agua que un kilogramo de cereales.
La producción de carne necesita de un montón de agua: 15,400 litros para producir un kilo de ternera, 8,700 litros para un kilo de cordero, casi 6,000 litros para un kilo de cerdo, y 4,300 litros para un kilo de pollo.
El documental Cowspiracy, lanzado hace una década, sigue siendo un referente al mostrar cómo el consumo de carne y la ganadería industrial impactan de manera decisiva el cambio climático, y la biodiversidad.
2. La industria textil
La producción textil, especialmente la del algodón, es otra de las grandes consumidoras de agua. Desde el riego de las plantas hasta el teñido y tratamiento de las telas, el agua es un recurso indispensable en este sector.
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La moda ética es un temazo, créeme. No es de extrañar que proyectos como el de la macrofábrica de celulosa soluble en Palas de Rei, Lugo, para la producción de lyocell estén en marcha, a pesar de la controversia sobre su impacto socioambiental.
Decenas de miles de personas lo han dejado claro: “A auga é nosa e non da celulosa”.
Todo el ecosistema y cuenca hidrográfica del Ulloa bajo amenaza. Vida natural y socioeconómica de las poblaciones en un impasse como si no fuera nada.
La Plataforma Ulloa Viva lo está visibilizando.
3. La producción de electricidad
En la década de 1970, Arne Næss, filósofo noruego y pionero del movimiento de la ecología profunda, señalaba: “los políticos y expertos en energía hablan de necesidades de energía en aumento exponencial como si fueran necesidades humanas, y no simplemente demandas del mercado”.
Muitíssimos años después, en 2024, la producción de energía es ya una entre las industrias que más agua consumen, especialmente en el contexto de la generación térmica.
Las plantas termoeléctricas y nucleares requieren grandes volúmenes de agua para enfriar el vapor utilizado en sus sistemas de generación. La extracción y procesamiento de combustibles fósiles, como el petróleo y el gas natural, también utiliza grandes cantidades de agua. El fracking, por ejemplo, demanda volúmenes considerables de agua mezclada con productos químicos para extraer gas y petróleo de formaciones subterráneas.
Al final, los políticos y expertos de energía triunfarán y el consumo de electricidad sigue aumentando, impulsado en gran parte por el “apetito” digital.
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), los centros de datos consumieron 460 TWh en 2022, y se estima que esta cifra podría superar los 1.000 TWh para ya en 2026. ¡Imagínate!
No es de extrañar que se propongan proyectos que impliquen la tala de millones de árboles. Al fin y al cabo, suena mejor decir que los centros de datos funcionan con energías renovables, ¿no?
En Teruel, por ejemplo, se ha aprobado recientemente la construcción de 21 parques eólicos que podrían conllevar la tala de dos millones de árboles. Son aproximadamente 71.500 hectáreas, en una zona denominada “Clúster Maestrazgo”.
Dicen que es necesario acelerar la transición energética y descarbonizar el sistema eléctrico. Pero, ¿no sería mejor planear la instalación de energías renovables en los edificios públicos?
Está en curso una campaña de crowdfunding impulsada por la Plataforma a Favor de los Paisajes de Teruel. Conócela aquí.
Concienciación, captación, optimización y reciclaje del Agua
Ser conscientes de cómo nuestras decisiones afectan al consumo de agua es más importante que nunca.
No se trata de «volver a la cueva», sino de adoptar una gestión más eficiente del agua mediante patrones de consumo más responsables y estrategias de captación, optimización y reciclaje del agua.
Las bosques y reservas naturales juegan un papel fundamental en el ciclo del agua, por lo que su conservación es absolutamente esencial.
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Así hemos alcanzado los primeros 50 posts en Achiote y, aunque el alcance no ha sido espectacular, las ganas de escribir siguen fuertes. Creemos en una ciudadanía más exigente, empoderada y comprometida.